Para Raúl el poder sentir la música de una manera especial, expresando corporalmente los ritmos que oye y el ambiente tan bueno que se respira con la gente con la que compartes esta afición es lo más interesante de bailar swing.

Sobre su experiencia como profesor junto a amigos que conoció en el mundo del swing dice que "Al poco tiempo de cerrar la “Morada” buscamos nuevos sitios para poder seguir practicando y aprendiendo por nuestra cuenta, así que dimos con dos espacios auto gestionados  en Madrid, uno “La Tabacalera” y otro el “Eko”. Para poder disponer de estos espacios, teníamos el compromiso de dar clases gratuitas a los vecinos de la zona así que con los pocos conocimientos que teníamos nos vimos dando clases." 

Después de su paso por centros sociales autogestionados su historia ha continuado en Big Mama como profesor de Lindy Hop.