La discográfica y su influencia en la música de los EE.UU

05/04/2024 others

Empecemos por el principio, el nacimiento del jazz y del blues (principios del 1900), que fue un nacimiento doloroso.  

Los artistas negros no tenían acceso a los circuitos nacionales, y tenían que recurrir a los minstrel shows, para comercializar sus obras. Estos espectáculos, una forma popular de entretenimiento desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX, fueron una parte importante de la historia del entretenimiento estadounidense y también una fuente de estereotipos negativos generalizados sobre los afroamericanos. Estos minstrels eran un problema, por supuesto, porque representaban a los afroamericanos como caricaturas, y tanto los artistas negros como los blancos tenían que actuar pintados de negro y caricaturizados. Sin embargo, muchos compositores e intérpretes afroamericanos decidieron trabajar en ellos porque era su única forma de sustento. 


Estas formas musicales se extendieron por todo el país. La grabación de estos nuevos géneros musicales para una distribución más amplia fue un reto, porque quienes controlaban la industria discográfica, que eran principalmente blancos, consideraban que el blues y el jazz debían ser interpretados por músicos blancos. Las grabaciones de músicos afroamericanos, según sus criterios, solo podían comercializarse entre afroamericanos, por lo que su distribución era más limitada. La segregación social también dificultaba que los músicos blancos y negros actuaran juntos y se grabaran juntos, aunque esto ocurría en ambientes informales. Así pues, los primeros ejemplos grabados son principalmente de músicos y cantantes blancos.   


La primera grabación de jazz la hizo una banda blanca, sin hacer ninguna referencia a sus orígenes y aclamando que habían inventado el jazz (esa canción en concreto fue denunciada por el artista negro original). 


Los compositores y arreglistas podían ser afroamericanos y conseguir que el disco se distribuyera ampliamente si los intérpretes eran blancos.  Un problema de la época era que muchos músicos y cantantes blancos no entendían las "notas azules" y los cantantes blancos de los  Minstrel shows de la época a menudo no eran aceptables para los compositores afroamericanos.  Las partituras de compositores negros también tenían menos probabilidades de ser comercializadas o compradas por estadounidenses de origen europeo.   


Hubo algunas cantantes que fueron buscadas por los compositores afroamericanos porque eran capaces de cantar el blues de forma convincente. Marion Harris, una cantante de la que sabemos poco, era atractiva, popular y sabía cantar blues y jazz.  Probablemente, era de Chicago, y puede que aprendiera el blues allí. Ésta es una grabación de la época de la Primera Guerra Mundial en la que no solo canta una canción de jazz, sino que también recita un brindis. El brindis es un poema afroamericano que suelen recitar los hombres, precursor del rap. El compositor Turner Layton y el letrista Henry Creamer tenían una causa expresada en esta canción. Querían que los estadounidenses supieran que los afroamericanos iban a la guerra por su país y hacían un buen trabajo.  No les valía que la canción solo la escucharan los afroamericanos. Utilizaron la música y el humor para transmitir su mensaje.


A pesar de los prejuicios de los productores discográficos de la época, algunos artistas afroamericanos se hicieron populares entre el público blanco. No debería sorprender, ya que los estadounidenses de origen europeo podían ver a los afroamericanos actuar en el escenario y había demanda de esta música.  


Una de las cantantes de mayor éxito cuyas grabaciones se hicieron ampliamente populares fue Ma Rainey. Bessie Smith fue otra que, en muchos sentidos, heredó a Rainey y tuvo éxito entre todos los públicos. Eubie Blake y Noble Sissle causaron sensación al actuar con traje y corbata en los escenarios de juglares sin cara de negro. Esperaban contribuir a una transición hacia un trato más respetuoso de los artistas afroamericanos al final de la era de los espectáculos de juglares. Sin embargo, se convirtieron en la excepción a la regla. Hicieron grabaciones de algunas de sus actuaciones que fueron muy buscadas. Por ejemplo, aquí están Eubie Blake y Noble Sissle interpretando Sweet Henry  


El término “country” o “hillbilie” music seguro que te hace pensar en música 100% blanca, sin embargo, esto fue también una estrategia de las discográficas del momento, que quisieron separar blues y rhythm and blues para el mercado negro, y etiquetar “country o hillbilie music” (música de origen tambien negroamericano) como música producida por blancos y vendida a blancos, para poder separar el mercado. 


La historia continua en 1960 con la creación de las etiquetas separadas “Rhythm and Blues” and Rock and Roll (ver articulo sobre el tema


¿Siguen persistiendo estas actitudes y estrategias? Algunos dicen que todavia hay mucho en el sistema que sigue desfavoreciendo a artistas negros, ya que la industria musical nació del racismo, y necesita más generaciones para poder cambiar. 


La revista Rolling stones pone varios ejemplos: 

“Esta dinámica donde una canción se considera R&B y se limita a los oyentes negros si el cantante es negro, pero se considera pop hecho para todo el mundo, si el cantante es blanco, sigue siendo omnipresente. Basta con sustituir el single de Gibbs por "Night Fever" de los Bee Gees o "Lucky Star" de Madonna o "Rumour Has It" de Adele o "Rockstar" de Post Malone, todas ellas canciones basadas en formas de R&B y hip-hop pero designadas "pop" debido al color de piel del vocalista”.

“Tomemos un ejemplo muy reciente: Megan Thee Stallion inventó el meme "Hot Girl Summer" y lanzó un single de acompañamiento que fue un éxito radiofónico "urbano". El cantante blanco blackbear se apropió del concepto para su propio "Hot Girl Bummer", que sonó mucho en la radio pop. Como ese formato llega a muchos más oyentes -93 millones de impresiones la semana pasada en el número uno "pop", frente a los 36 millones del número uno "urbano"-, "Hot Girl Bummer" tiene casi 160 millones más de streams en Estados Unidos que "Hot Girl Summer".


Y concluye “ Lo sorprendente es que, incluso con la estructura de marketing separada y desigual de la industria musical, los artistas negros han encontrado formas de llegar a un público amplio y, contra todo pronóstico, de ejercer una influencia desproporcionada en la música popular en general.. Imaginemos lo que podrían conseguir si el sistema "pop" no estuviera diseñado para frenarlos.”

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